Lamentablemente, hace unos días nos despertábamos con la noticia de la invasión de las tropas rusas en Ucrania.
A muchos de nosotros nos recorrió un escalofrío por el cuerpo, fruto la incredulidad y el impacto. Mezcla de rabia, tristeza, impotencia y miedo. Es difícil que nuestra mente se detenga en el presente y no piense en un futuro y en las consecuencias que puede acarrear.
Y en todo este escenario están los niños de nuestro alrededor, a los que probablemente les han llegado imágenes de escenas dantescas e inconexas o escuchas furtivas de diálogos adultos cargadas de angustia.
Explicar la guerra a los niños no es sencillo, a menudo porque a los propios mayores nos cuesta entender las razones de tanta violencia y vivimos una batalla interna gestionando nuestras propias emociones, pero sin embargo es muy necesario que si es necesario hablamos sin tabúes.
Acerquémonos a ellos, teniendo en cuenta su edad y adaptando el lenguaje a su nivel de entendimiento y capacidad de gestionar la información.
Quizás lo primero que hay que plantearse es si nuestros niños tienen conciencia de que hay guerra. Aunque parezca evidente, hay muchos pequeños que siguen ajenos al conflicto. Probablemente en menores de 8 años, el hecho de que su día a día no se haya visto afectado directamente, y si no han escuchado noticias, ni visto en televisión imágenes crudas hace que esta realidad les resulte lejana y que la desconozcan.
Esta situación nos plantea la primera duda.
Si no saben nada, ¿Cómo padre o madre debo contárselo?
Pues depende. Hay pequeños que son especialmente sensibles y con tendencia a despertar en ellos miedos y angustias. Contarles la guerra implicará preguntas en ellos. Dudas por las que quizás no tenemos la respuesta, o bien la explicación de la realidad es muy angustiosa.
Cómo muchas cuestiones de crianza, la respuesta no es sencilla y habrá que poner en una balanza que gano y que implica adentrarlos en esta realidad.
Si decidimos explicárselos, bien porque lo decidimos conscientemente o bien porque han recibido elementos externos relacionados con la guerra, lo primero que necesitamos, es ser conscientes de cómo estamos nosotros de afectados.
Los niños son como “esponjitas” emocionales. Quiero decir que parte de cómo procesan la información y cómo la catalogan es fruto de cómo perciben que la sentimos los adultos.
Seguro que os ha pasado alguna vez, estar alrededor de vuestro pequeño, que empiece a correr y tropiece. Y de repente, un silencio en el que se queda congelado, sin llorar y se gira buscándo nuestro rostro con sus ojos. A veces, sólo viendo nuestra calma se levanta y continúa su recorrido, pero si al encontrarnos en la mirada hay susto y miedo, es casi seguro que empezará a llorar desconsolado.
Esto nos indica que, en esta situación típica, no es tan importante el dolor físico cómo la percepción que tenemos del dolor. Sabemos que la percepción de peligro y por tanto de inseguridad, viene dada en gran parte por nuestras figuras de referencia.
Teniendo esto en cuenta, si nosotros no estamos preparados para afrontar la conversación sobre la guerra con calma, quizás no somos las personas indicadas para hacerlo con los pequeños.
¿Y qué les explicamos?
A medida que son mayores podemos explicar más detalles y conceptos políticos pero en general es necesario ser concretos y utilizar un lenguaje claro y asequible a su edad.
A partir de los 9 o 10 años puede ser útil utilizar un globo terráqueo para ubicar el conflicto en el mapa.
Podemos explicarles que hay dos países, Rusia y Ucrania, uno al lado del otro, que hace un tiempo que no se entienden y que tienen opiniones muy distintas. Rusia quiere que Ucrania deje de ser un país propio y pase a ser parte de Rusia, pero Ucrania no quiere. Hace unos días el Gobierno ruso ha enviado a militares a luchar en Ucrania para conseguirlo.
A veces, hay niños que con poquita información ya tienen suficiente o incluso no quiere saber más. Respetémoslo y no insistamos en dar más datos de los que necesitan.
En ocasiones, sin embargo, después de una primera conversación se pueden generar otras cuestiones y dudas, que habrá que ir respondiendo a medida que los pequeños sientan inquietudes.
Preguntas habituales
¿La guerra puede llegar aquí?
Hay mucha gente trabajando y esforzándose para que esto no ocurra. En nuestra casa no estamos en guerra.
¿Ha muerto gente?
Sí, la guerra es una situación terrible y que provoca mucho dolor, tristeza y donde mueren personas.
¿Cuándo terminará?
Hay mucha gente procurando que se detenga y se solucione pronto, pero todavía no lo sabemos.
¿Qué ocurre con la gente que vive en Ucrania y que no sabe luchar?
La mayoría de personas están intentando irse de las zonas de guerra y yendo a otros países donde no hay conflcito y se pueden sentir seguros.
Procuremos que no vean imágenes sin supervisión
Seamos conscientes de que la mayoría de informativos no están pensados para un público infantil sino para el adulto y el impacto visual de algunas de las imágenes pueden ser complejas de procesar por ellos.
¿Qué recursos tenemos para niños?
Aquí teneis una recopilación de cuentos fantásticos para hablar sobre los conflictos bélicos.
-Les botes del general. Autors Elisa Ramon i Francesc Rovira. Editorial Edicions del Pirata
-Els nens no volen guerra. Autor Éric Battut. Editorial Joventut
-El llapis màgic de la Malala. Autor Malala Yousazfai. Editorial Anaya
-¡Huye! Autor Marek Vadas i Daniela Olejníková. Editorial barbara Fiore
-Una montaña cualquiera. Autors Fran Pintadera i Txell Darné. Editorial Takatuka
-Altibajos. Autors Cristina Bellemo i Maddalena Gerli. Editorial Pípala
-El camí de Marwan. Autors Patricia Arias i Laura Borràs. Editorial El cep i la nansa